Simulación y Disimulación de Enfermedades Mentales

  • Por Equipo Expresión Forense
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  • 10 junio, 2022
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  • Psicología
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La simulación o disimulación nos refleja un deseo deliberado de la persona en ocultar su estado mental real o sus capacidades ya sea para darnos una imagen positiva y disimular, o bien para ofrecernos una imagen negativa y simular. Sobre todo es muy importante no confundir el concepto de simulación/disimulación con el de engaño, el primero hace alusión a cuestiones psicopatológicas y el segundo al contenido de la información.

Se sospecha que existe una simulación o disimulación cuando encontramos:

•Problema médico-legal
•Sintomatología atípica
•Sobreactuación clínica
•Presencia de trastorno antisocial de la personalidad
•Buena capacidad intelectual
•Incapacidad alegada pero mantenimiento del ocio de la persona
•Historial previo de bajas laborales repetidas

Si bien la simulación no está identificada como un trastorno mental, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, desde su versión DSM-III, reconoce la existencia de individuos simuladores, advirtiendo a los profesionales sanitarios sobre la necesidad de contemplar esta sospecha. De acuerdo a este manual, la simulación se define como “la producción intencional de síntomas físicos o psicológicos desproporcionados o falsos motivados por incentivos externos”. La simulación implica la existencia de recompensas externas, como el cobro de seguros e indemnizaciones, etc.

Por otra parte, la disimulación trata de ocultar, disfrazar o modificar una lesión o cuadro clínico específico para un beneficio secundario. En este caso es mucho más complicada su detección.

Los tipos de perfiles más propensos a la disimulación son:

•Sujetos con depresión.
•Sujetos con paranoia y alucinaciones.
•Sujetos alcohólicos.
Se sospecha de disimulación cuando encontramos:
•Actitud defensiva ante exploración.
•Rechazo o renuncia a las pruebas.
•Graves repercusiones en el campo penal.

Es necesario evaluar con pruebas que tengan escalas de validez, como lo son el MMPI-2 o el MCMI-III. También acompañarlo con la prueba SIMS, un inventario estructurado para la simulación de síntomas; o el TOMM, un test de simulación de problemas de memoria en caso de que haya una posible relación. No obstante, lo que nos dará algo más tangible y seguro será, cuando pueda demostrarse una simulación o disimulación por otras vías como la entrevista, observación de la conducta, antecedentes, es decir, cuando las fuentes de información sean múltiples, es aquí cuando pueda tener peso suficiente en un juicio.


FUENTES:

Maria Cotán Ruiz. (2020). La simulación y disimulación en psicología forense. 2022, de Instituto Superior de Estudios Psicológicos Sitio web: https://www.isep.es/actualidad-psicologia-clinica/la-simulacion-y-disimulacion-en-psicologia-forense/#:~:text=La%20simulaci%C3%B3n%20o%20disimulaci%C3%B3n%20nos,simular%20%E2%80%93%20por%20ejemplo%20para%20evitar
American Psychiatric Association (2000). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (DSM-IV-TR). Washington, DC: APA.