Los seres humanos tendemos a reaccionar o actuar de forma violenta ante los estímulos que nos parecen amenazantes, y es una característica que compartimos con otros animales, sin embargo, también tenemos la capacidad de actuar de forma planificada en prejuicio de otra persona, es por eso que se creó la clasificación de agresiones reactivas, proactivas y mixtas para poder dar una explicación un poco más detallada de cada una.
Una agresión es una conducta que se enfoca en crear daño a otra persona mediante la violencia, puede ser intencional o como una respuesta a una agresión previa, sin embargo, siempre tiene el mismo fin.
Estas formas de reaccionar pueden ser aprendidas por los individuos en distintos escenarios de su vida, así si un niño viene de una familia disfuncional, con violencia doméstica o abuso infantil, es altamente probable que no tenga las herramientas necesarias para poder reaccionar de formas distintas a las situaciones que se le presentan en la vida; también influyen los factores sociodemográficos de las personas y la situación económica y social.
A continuación pasaremos a dar una descripción más detallada acerca de cada una de estas clasificaciones de la agresión:
La agresión reactiva es un comportamiento relacionado a las reacciones ante una amenaza que la persona percibe, se encuentra acompañada de emociones fuertes y de una incapacidad de controlarlas, por lo que carece de racionalidad. Claramente se relaciona a la expresión de emociones negativas como la ira, el enojo y la hostilidad y presenta sesgos en el procesamiento de la información. Las personas que la llevan a cabo son personas que no son violentas en su día a día, por el contrario dedican su vida y sus esfuerzos a situaciones normales y que se comportan de la forma en la que la sociedad lo estipula, y que solo cuando se encuentran en una situación amenazante responden con agresión, lo que les da una sensación de que recuperaron lo que les quitaron o les intentaron quitar.
Por el otro lado se encuentra la agresión proactiva es entendida como una estrategia del sujeto para conseguir algo o llegar a una meta, a través de la violencia, satisfacen sus necesidades haciendo daño a terceros, por lo que su agresión es planeada, fríamente calculada, con una dirección específica hacia los objetivos buscados y su único propósito es crear un prejuicio, no hace que se active ninguna emoción.
Ambos tipos de agresiones pueden ser presentadas por todas las personas en distintos contextos de su vida, sin embargo, existen individuos que hacen de la agresión proactiva su modus vivendi, porque descubren que es una forma efectiva de conseguir sus objetivos sin tener que esforzarse por obtenerlos de otra forma que no implique la violencia.
A modo de cierre, es pertinente crear algunas interrogantes al respecto, ¿desde dónde debe de tratarse la agresión?, ¿qué mecanismos se deben de tomar como sociedad y los expertos para combatir la agresión?, ¿cómo podemos ayudar a los jóvenes de México para no caer en estas prácticas?, ¿en qué instituciones se debe de llevar a cabo una intervención, familia, escuela?, ¿quiénes son los responsables de que las personas más jóvenes no puedan canalizar sus emociones?
Se espera que con estas preguntas se pueda crear una reflexión acerca del tema y un interés genuino en los expertos que pueden intervenir dentro del rubro, desde especialistas en educación, autoridades, sistemas de salud, especialistas en salud mental, y demás profesionales que puedan crear estrategias para combatir esta situación.